Desde finales del siglo XIX, se sabe que el cerebelo está implicado en el control motor, desarrollando funciones como, por ejemplo, control del tono muscular, la postura y la coordinación motora. No es hasta finales de los años 80 que se empieza a relacionar con otras funciones cognitivas, siendo actualmente uno de los grandes ámbitos de investigación en neuropsicología.
El motivo que se empiece a tener en cuenta el cerebelo con otras funciones, a parte de las motoras, es debido a que éste presenta más del 50% de neuronas de todo el encéfalo y que está conectado con la mayoría de regiones del cerebro.
Actualmente, se sabe que el cerebelo actúa como un sistema modulador de las diferentes funciones cerebrales, no solo a nivel motor. Se ha visto que una lesión cerebelosa puede provocar diferentes dificultades cognitivas, tales como falta de atención, funcionamiento ejecutivo (memoria de trabajo, planificación, organización, entre otras) memoria, lenguaje y funciones visoperceptivas.
Por esto, se recomienda la evaluación neuropsicológica en lesiones o enfermedades que afecten al cerebelo, ya que a veces estas dificultades pueden pasar desapercibidas debido a que las físicas son más visibles, pero pueden estar afectando a la autonomía y a la calidad de vida del paciente, así como a la rehabilitación de las funciones motoras.
Autor: Neuropsicologa Gilma Acosta
