La dificultad para tragar líquidos o alimentos, así como para formar el bolo alimenticio con la lengua y transportarlo hasta el esófago, forman parte de la disfagia.
Las causas de la disfagia pueden ser múltiples, desde un accidente cerebrovascular (AVC), presencia de masas o tumores en la garganta, enfermedad de Alzheimer, Parkinson, una traqueotomía, etc.
Si detectamos que nosotros o algún familiar/conocido tiene alguna alteración al tragar, lo primero que debemos hacer es acudir a un profesional especializado en este tipo de trastornos: el/la logopeda.
Ésta será la persona que pueda valorar y tratar nuestra deglución y darnos pautas para mejorar nuestra forma de alimentarnos.
Algunas pautas pueden incluir cambios en nuestra vida diaria como los siguientes:
- Prestar atención exclusiva al alimento a la hora de comerlo, evitando distracciones (ambientes de mucho ruido, televisión, etc).
- Modificar la consistencia de los alimentos y bebidas (tomar alimentos con texturas más blandas, purés o triturados, y evitar otros alimentos como la naranja o las sopas de fideos, por ejemplo).
- Tomar los alimentos y líquidos en cantidades más pequeñas (así de facilita la formación del bolo alimenticio y es más fácil u deglución).
- Cuidar la postura corporal durante la comida (procurar mantener la verticalidad del tronco y la cabeza).
Debemos recordar la importancia de comunicar cualquier alteración que podamos detectar en nosotros o algún familiar para poder acudir al profesional, pues el paso de cualquier sustancia ya sea líquido o sólido, hacia el pulmón puede ocasionar afectaciones graves a nivel respiratorio como la neumonía.
Andrea-Edit Morraja Morales
Neurologopeda Col. 08/3926