Baila Neurona Baila

La musica entró por nuestros oídos y poco a poco despertó en nuestro cerebro un ritmo y unas ganas de bailar que pensábamos haber olvidado. Entonces sin saber como, lo que empezó por ser una escucha se transformo en una enorme necesidad de mover la cabeza, los hombros, los brazos y las piernas hasta que nos sentimos como verdaderos bailarines profesionales. No eramos un grupo homogéneo y mucho menos un grupo de baile sincronizado pero nos sentimos bien, nos reímos y los mas importante hemos puesto a prueba nuestros limites de movilidad.
Podemos decir que la experiencia ha sido muy positiva, llenamos nuestro cerebro de musica y nuestro cuerpo de ritmo.