EL EJERCICIO FÍSICO ESTIMULA LA NEUROPLASTICIDAD

El ejercicio físico sabemos que es favorable para nuestra salud. Salud física al mejorar todos nuestros sistemas, el circulatorio, el respiratorio, el digestivo, nuestros músculos y articulaciones. Y también nuestro cerebro ya que en diversos estudios se ha evidenciado el efecto del ejercicio físico en nuestra salud mental y en nuestras capacidades cognitivas. Todo ello gracias a su influencia en la plasticidad sináptica.

La Neuroplasticidad se entiende como la capacidad que tiene el sistema nervioso para cambiar su morfología o funcionalidad a través del desarrollo, por efectos de la experiencia o tras ser afectado por una lesión (Kandel, Schwartz y Jessell, 2001).

El cerebro tiene varios mecanismos para garantizar esta plasticidad. Entre ellos están el crecimiento de dentritas y axones (partes de las neuronas), regulación de neurotransmisores (sustancias que se transmiten entre las neuronas), activación de conexiones neuronales que estaban inhibidas, la regeneración, que corresponde a ramificaciones denervadas que vuelven a crecer y unirse con otras células y la potenciación a largo plazo.

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Esta última se da gracias a la proteína BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro) que está ligada a la plasticidad sináptica y puede ser generada mediante la estimulación del ejercicio físico.

El ejercicio físico aeróbico continuado, activa la neurogénesis, la creación de neuronas, en el hipocampo, un área fundamental para la memoria y el aprendizaje.

La actividad física ayuda a modular el estrés y a disminuir los niveles de ansiedad que puedan influir en nuestra vida diaria.  Podemos reaccionar mejor ante situaciones estresantes. Con el ejercicio físico liberamos una serie de hormonas y neurotransmisores que facilitan que experimentemos una sensación de bienestar y satisfacción. El ejercicio físico mejora las funciones ejecutivas en pacientes que han sufrido daño cerebral.

En la Clínica de Neurorehabilitación incluimos la práctica de ejercicio físico en todos nuestros tratamientos. No sólo hace que el paciente sea más partícipe en su recuperación sino también como estímulo para facilitar los procesos de neuroplasticidad necesarios para recuperar la movilidad, el equilibrio, las capacidades neurocognitivas y de lenguaje.

Entre nuestras recomendaciones está la práctica de un ejercicio físico aeróbico moderado y adaptado a las capacidades del paciente a través de la práctica de la marcha, en cinta de marcha o superficie y el uso de bicicletas estáticas de piernas o brazos.