La importancia de convertir nuestro hogar en un entorno accesible

La vuelta a casa tras un daño cerebral es un momento muy deseado tanto para aquel que ha
sufrido el daño en primera persona como para sus familiares.

Para algunos es un momento que puede ser afrontado con temor, pues les es difícil imaginar
cómo se desenvolverán en la nueva situación. Otros relacionan la vuelta a casa con la
recuperación de su vida, sus hábitos, costumbres y rutinas tal y como las recuerdan antes de la
lesión. Sea una situación u otra recibir asesoramiento servirá para reducir el nivel de angustia a
unos y ofrecer una visión más realista a otros.

Si bien es cierto que puede ser un momento muy deseado entraña algunas dificultades y no
debe ser afrontado a la ligera. Recibir orientación será crucial para que el retorno a casa sea lo
más sencillo y agradable posible.

Será fundamental llevar a cabo un estudio del domicilio de la persona, en el que valorar si su
vivienda actual es o puede convertirse en un entorno accesible y facilitador. Se deberá:

  • Eliminar o reducir en la medida de lo posible las barreras arquitectónicas y/o
    elementos limitantes (obstáculos, etc.) que puedan existir.
  • Adecuar el entorno (llevar a cabo una modificación de los espacios, si se precisa
    añadir señalización para favorecer la orientación, colocar suelos antideslizantes,
    interruptores conmutados, etc.)
  • Valorar la incorporación de material de apoyo (cojines, asideros, alzas, etc.)

Dicha valoración deberá ser personalizada, teniendo en cuenta la situación particular de cada
uno (ya que cada persona requerirá de una actuación específica). Algunos de los factores a tener
en cuenta, entre otros, son:

  • Recursos disponibles: Grado de apoyo familiar, recursos económicos, etc.
  • Potencialidades de la persona. Capacidades.
  • Secuelas más relevantes: cuáles son las destrezas más afectadas (motoras,
    cognitivas, etc.)
  • Prestaciones o ayudas disponibles según la situación particular de la persona.

Dada la complejidad es más que recomendable recibir asesoramiento profesional para el
momento de la vuelta a casa.

  • El trabajador social nos informará de las ayudas y recursos a los que podemos
    acceder.
  • El terapeuta ocupacional podrá asesorarnos en todos aquellos aspectos
    relacionados con el posicionamiento (elección de la silla de ruedas, butacas, silla de
    ducha, colchones, etc.), y con la ejecución de les actividades de la vida diaria
    (dándonos estrategias para el vestido, el uso del WC, la higiene y el aseo, o el uso de
    materiales de incontinencia).
  • El fisioterapeuta, junto con el TO, podrá asesorarnos en la elección de aquellos
    productos necesarios para facilitar la marcha y los desplazamientos cómo ortesis
    bastones, etc.

Si estamos asistiendo a un centro de rehabilitación es importante contactar con ellos antes de
adquirir cualquier producto de apoyo o hacer una reforma en la vivienda (como, por ejemplo,
cambiar la bañera por un plato de ducha, etc.), seguramente la idea es buena, pero se pueden
pasar por alto aspectos importantes si aquel que lleva a cabo la reforma no conoce las
necesidades de la persona que lo acabará utilizando. Un trabajo coordinado entre la ortopedia,
el equipo rehabilitador y los operarios (en el caso de una reforma) dará siempre mejores
resultados.

Una visita al domicilio es suficiente para detectar los principales problemas y poder hacer
recomendaciones. Como hemos ido comentando anteriormente es importante que dicha
valoración se lleve a cabo en el momento de la vuelta a casa, pero no es el único momento.
Siempre estamos a tiempo de hacer de nuestro domicilio un entorno más accesible en el que
tener la máxima autonomía.

 

Diana de la Peña

Terapeuta Ocupacional