Antes de ayudar, preguntar

Ayer tuvimos una conversación interesante con un paciente con hemiparesia debido a un Ictus, que acababa de tener una caída.
El señor tuvo un tropiezo por la calle, no sufrió ningún daño importante, además iba acompañado de su mujer.
Nos explicó que se había sentido frustrado por no haber tenido la oportunidad de levantarse del suelo de manera autónoma, gesto que hace frecuentemente en su casa porque realiza ejercicios en el suelo.
Resulta que una buena persona que pasaba por la calle, decidió ayudarle. El fallo fue que no le preguntó si necesitaba o quería su ayuda.
Para las personas con diversidad funcional, es importante preservar la autonomía. Así que queríamos compartir la siguiente reflexión:
Antes de ayudar (con la mejor voluntad del mundo) a alguien, sea cual sea su condición física, preguntemos si necesita o quiere nuestra ayuda. Quizás basta con estar presente y mostrarte listo para intervenir en caso necesario. Puede que no necesiten nuestra ayuda porque simplemente tardan un poco más en hacer las cosas o las hacen de manera diferente a como las hace la mayoría de la gente, pero consiguen hacerlo por sí mismos.